Los videojuegos, y seguramente también ciertos dibujos animados de la televisión, producen hemitrofia cerebral a medio plazo, pero los juegos de rol provocan necrosis fulminantes en los tejidos de la cabeza y del corazón. Ideados para imbéciles profundos, o bien para volver profundamente imbécil al que todavía no lo es (…).

Extracto de un artículo de Rafael Torres para El Mundo publicado el 9 de junio de  1994.

Qué locos fueron los 90, casi tanto como ciertos CMs.