, Este lunes no hay tira, que estoy cansado. Me pillo fiesta. Me quedan ahora 17 días de fiesta y 1 de asuntos propios.

Para compensar dejo un artículo que tenía que haber subido el sábado pero que con toda la vorágine salonera no me dio tiempo. A vuestra salud.

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Bueno, aquí estamos de nuevo… Con un poco de tiempo para delirar ante el teclado… Quizás estábais esperando lo de Iker Jiménez pero nada, esta semana tampoco, al final será como eso de Tip y Coll de “la semana que viene hablaremos del gobierno” pero nunca tenían tiempo para ello. Pero es que la actualidad salta y te pega en la cabeza con suma crueldad y yo soy muy permeable a lo que se cuece en el mundo real y blablabla…


Este ha sido el fin de semana del Saló del Còmic de Barcelona. Y cada uno es libre de vivirlo como quiera… Hay gente que va todos los días, hay gente que va a ver las exposiciones, hay gente que va a comprar, hay gente que va a robar, hay gente que va disfrazada, hay gente que va a ver a la tía esa que viste de negro, hay quien va a tomarse un café con hielo… Digamos que es un evento polifacético, pero dentro de su “polifachez” lo podemos resumir en dos grandes mandamientos.

El Saló está pensado para hacer dos cosas, compras y colas. Compras tebeos y haces cola para que te los firmen. Los que no hacemos esto es porque, a estas alturas, aún no nos hemos enterado de que va la película.


- Siempre hay VIPs, esos no hacen cola.

Han quedado atrás mis años de reverencia salonera (sí gente, me hago mayor… ya no estoy por corretear como una colegiala detrás de Neil Gaiman o Peter Bagge), pero en honor al tema al que se dedica el Saló del Còmic (sí, el cómic; ni los videojuegos, ni las chuches, ni las putas películas, ni los disfraces), pues en honor a tan destacado tema voy a hacer la reseña que sugirió Sand hace un tiempo… Un listado de cómics imprescindibles.

Primero, no esperéis un prodigio de originalidad ni gafapastez, no pienso recomendaros cómics iranís. Bueno, podría recomendaros Persépolis, pero ese cómic es gabacho, cuando se dice que Persépolis es cómic iraní tal y como se va diciendo por ahí tiene delito… Su autora lo es, sí, pero ese tebeo se hizo en Francia y para un público francés, el cómic iraní no existe, del mismo modo que no hay rock de Zanzíbar (aunque Freddie Mercury naciera ahí) o industria del cine en España, eso no es industria, eso es otra cosa… ¡Zasca!

Vaaale, me centro.

Intentaré resumir en 13 cómics que me parecen claves, es MI lista, espero que seáis comprensivos con ello. Cada uno tendrá la suya, y será tan buena como la mía… Sin duda. Pero este es mi blog por lo que me pongo un poco “fachorro” y decido por mi cuenta y riesgo, de la forma más caprichosa posible.

Mi intención era recopilar los 13 cómics en una sola entrada, pero como veréis el artículo ha ido creciendo y creciendo (es bien conocida mi falta de capacidad a la hora de concretar) así que lo haré por entregas, exactamente cinco. Reseñaré tres cómics en cada una de ellas; y una última entrega con un cómic definitivo y ciertas conclusiones… Solo con esto ya tengo tema para un mes y pico, anda que…

Bueno, venga, manos a la obra.

  • Aventuras

TINTÍN (Hergé)

No soy neutral hablando de Tintín, sin duda mi cómic más querido. De acuerdo, lo he leído tantas veces que ya no acudo a sus páginas (me las sé de memoria), pero el bagaje que ha dejado en mí es imborrable. No necesito seguir leyendo Tintín, me conformo con contemplarlo puntualmente porque Tintín me acompaña ahí dónde vaya.

Y lo de contemplarlo no es gratuito. Para mí Tintín es y sigue siendo el cómic gráficamente perfecto. Al hecho de que Hergé fuera un narrador sumamente responsable y capaz se le suma el trazo más elegante que uno se pueda imaginar, aún hoy en día esas viñetas dibujadas hace décadas siguen gozando de una esplendorosa modernidad, eso es muy indicativo del cuidado trabajo que supone, y se entiende tan bien lo que en ellas sucede… Da gusto de ver/leer.

La escuela de la línea clara, de la que Hergé sería una suerte de gurú y precursor, está llena de eminentes practicantes e imitadores, pero ninguno como el original. En cierta forma creo que con Tintín pasará algo parecido a lo del Little Nemo de Winsor McCay, pasarán los años/siglos y seguirá siendo una delicia.

En otro orden de cosas, sus historias son una invitación a la aventura más genuina, y como tal hay que verlo. Cuando la gente me empieza a tocar los huevos con lo de que si Tintín es gay, que si Tintín es racista, que si es de derechas de izquierdas o si votaba al Frente Judaico Popular… Eso solo es indicativo de lo enfermos que estamos todos, nos hemos vuelto locos. Tintín es bueno, y punto.

Y me gustaría incidir en un punto que creo como mínimo curioso. Tradicionalmente se ha visto a los aficionados a Tintín como una especie de logia masónica extremista ¿Pues que os voy a decir? Es un reflexión que no es gratuita… Es un personaje tan estudiado y de forma tan pormenorizada, y sus defensores lo han leído tanto y tan bien, que al final la cosa se sale un poco de madre. Pero no le déis más importancia, la gente a veces es un poco capulla y con Tintín el propio Hergé a veces caía en la cuenta de haber creado un monstruo, pero se puede leer y disfrutar de Tintín sin integrismos ni enfermedades mentales derivadas.

Y una última reflexión. Voy a reproducir un diálogo clásico de mi existencia.

- Me encanta Tintín.

- Ah, pues a mí me gusta más Astérix.

Tintín y Astérix, la eterna controversia (no es exactamente mi caso, tengo mi favorito pero me gustan ambos). Ambos son cómics muy buenos pero quiero ahondar un poco en esta cruel y habitual dicotomía.

Tintín nunca será tan divertido como lo es Astérix pero para mí Tintín es un cómic más redondo que Astérix. Simple, y llanamente. Tintín puede resultar una experiencia estética cosa que en Astérix no pasa en grado semejante (el dibujo de Uderzo es bueno, pero más convencional y está empezando a envejecer); pero por el contrario es más fácil disfrutar de Astérix pasada la veintena por la calidad del humor que hay en los guiones de Goscinny mientras que las historias de Tintín son más encaradas a un público juvenil y a cierta edad pueden resultar menos satisfactorias. Hay mucho gafapasta en edad madura que defiende a Tintín a capa y espada, pero todos ellos se acercaron al personaje en su infancia, como yo mismo, dudo que un lector treintañero se ponga a leer ahora Tintín y quede atrapado, y es que todo tiene su momento. Aunque si te atrapa es de por vida. Id con cuidado.

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Para completar un poco el comentario sobre Tintín incidir que se puede ir mucho más allá. Soy un gran aficionado al cómic juvenil clásico (lo era de pequeño, lo dejé luego, y de un tiempo para acá lo he recuperado en buena parte gracias a las nuevas ediciones que han vuelto a hacerlo accesible). Más allá de Tintín y dentro del género aventurero me gustaría hacer mención de Spirou, Los pitufos, Johan y Pirluit (Jan i Trencapins para los catalanoparlantes), Valerian… Sí, todos ellos son cómics de la escuela francobelga, pero es que en esto son los maestros, todos son absolutamente recomendables, e ideales para cuando eres un chaval por su capacidad evocadora y su calidad. Y si no eres tan chaval tampoco te cortes, se puede probar igualmente. Valerian ha sido un descubrimiento reciente para mí, y algunas de sus historias me parecen simplemente prodigiosas.


  • Superhéroes

Esto es muy complicado… El género superheroico es tan culebronesco que aunque en general sean personajes muy conocidos la gran mayoría de sus cómics son difíciles de seguir si no conoces bien a los personajes. En mis años mozos leía superhéroes con frecuencia y dedicación, pero todo pasa y ahora estoy algo desconectado (cotilleo lo que se cuece pero no leo gran cosa). Pero lo dicho, por su condición es difícil recomendar superhéroes, o estás en el ajo o no lo estás, no hay otra. Así pues, cuando uno recomienda superhéroes generalmente acaba haciendo lo que voy a hacer yo ahora… Recomendar el cómic de superhéroes menos superheroico posible.

WATCHMEN (Alan Moore & Dave Gibbons)

Decir que Watchmen es un cómic de superhéroes es inexacto, no tiene muchas de las constantes del género. Sus protagonistas son bastante antiheroicos, y sus motivaciones distan a menudo de la bondad que es propia del género. Algunos son héroes por inmadurez, otros por tradición, otros porque son de naturaleza violenta, etc…

En Watchmen no hay buenos ni malos, no se cae en esa simplificación maniquea. De hecho uno de los personajes preferidos por los aficionados de la obra es objetivamente aborrecible, lo cual dice bastante de la misma, en un cómic de superhéroes al uso los buenos son buenos, los malos son malos, y Batman es gay.

Watchmen reinventa el superhéroe, le da un giro y profundiza en el mismo. Si los superhéroes existieran seguramente serían como en Watchmen nos cuentan. Pero es que además Alan Moore hizo eso en los 80, ahora es algo relativamente habitual darle un enfoque adulto al cómic de superhéroes (con éxito dispar, The Ultimates o Crisis de Identidad me gustaron bastante, en otros casos pues no), pero siguiendo con Watchmen en esa época, los 80, era inaudito (aunque tenemos el Dark knight o La broma asesina como honrosísimas excepciones). Y no se queda solo ahí, Watchmen es el cómic con más lecturas que uno se pueda imaginar, el propio título ya tiene interpretaciones; está repleto de detalles que lo convierte en, para muchos, el mejor cómic de todos los tiempos (no sé si es el mejor, pero es de los más importantes, y joder, además es entretenido).

En esta obra Alan Moore, el guionista, crea un engranaje meticuloso en el que todas las piezas encajan para narrar una historia grandiosa (aunque con un final muy discutido, yo defiendo ese final pero mucha gente está en contra, aviso para navegantes). Además en Watchmen se exprime el lenguaje del cómic hasta niveles demenciales, pero con tal habilidad que no te llegas a dar cuenta de lo espléndido que puede llegar a ser, porque Moore es tan listo y concienzudo que cada viñeta es mucho más de lo que se ve en ella, puedes buscar en cualquier rincón de los dibujos de Gibbons y encontrarás un detalle para nada gratuito, un calendario, un reloj, o una pintada en la pared, todo en Watchmen tiene sentido (os lo aseguro, cuando digo todo es todo). Este extremo se aprecia especialmente en las relecturas, leer Watchmen es un placer, releerlo es aún mejor.

Podría profundizar tantísimo sobre Watchmen, pero muchos otros ya lo han hecho antes, daos un paseo por internet y si podéis echadle un ojo a la impagable versión anotada (solo aconsejable en segundas y posteriores lecturas, la primera vez mejor leerlo a pelo). Yo solo puedo decir que quien no lo haya leído aún debería hacerlo ya.

Alan Moore hizo esta joya y nos dejó claro que en esto de los tebeos él manda… Más allá de los superhéroes Alan Moore es un género por sí mismo y la cantidad de obras suyas recomendables es alucinante… V de Vendetta, Miracleman, From Hell, Swamp thing… Es el Stanley Kubrik de los cómics, puede visitar el registro que le dé la gana, puede meterse en cualquier género, y con ello hará algo interesante, y a menudo genial. Su nombre es garantía de calidad.


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Sobre la película: No me gustó la película, no es que sea horrible como hemos visto en otros casos pero no me gustó.

Si estáis tentados por ver la peli y saltaros el cómic… Pues lo siento, no es la misma experiencia ni mucho menos. La peli puede llegar a resultaros interesante, pero dista mucho del Watchmen original, mucho más sórdido y sin esa carga Made in Hollywood. Aún con esas no destrozaré la peli, me parece una mala adaptación pero he visto cosas bastante peores.

Si por el contrario queréis ver el cómic después de leer la peli, hacedlo sin problema, es una lástima haber visto antes la peli pero en el tebeo hay mucho más de lo que se ve en el metraje, y además es más disfrutable, más duro pero más enriquecedor.

  • Humor

Aquí debería poner a Astérix, pero no me sale de los huevos… Astérix es un personajillo, sin más, el monstruo no es otro que Goscinny. ¿La prueba? Mirad el Astérix de Uderzo, vomitad, y luego volved aquí.

Vale, lo sé, es un argumento ventajista, pero es que me gustaría incidir en tantas cosas de Goscinny que resumirlo en Astérix me toca la moral (podría hacer lo mismo con Alan Moore diréis algunos, y no os faltaría razón; pero en mi defensa diré que la carrera y los cómics de Alan Moore es algo más heterogéneo, en cambio Goscinny es un humorista puro y duro).

GOSCINNY

Goscinny quizás sea el humorista más grande del siglo XX, aunque esto del humor sea algo muy personal y una afirmación de semejante calado es por definición errónea, pero me gusta decirlo porque aparte de talento su producción es fenomenal… Creó a Astérix, sí… Pero es que ha hecho tantas cosas más, y todas tan buenas…

Morris tenía un personaje que no iba a ningún lado, Goscinny se puso a hacer guiones, y el resto fue leyenda. Lucky Luke.

Si quisierais saber como sería un Goscinny a la española no busquéis más, para eso está Iznogud.

¿Quereis un buen libro infantil? No hay problema… El pequeño Nicolás.

¿Qué pasaría si Goscinny y Uderzo hicieran otro cómic que no fuera Astérix? Umpah-Pah.

Tanto… y todo tan bueno…

Goscinny es brillante retratatando y parodiando nuestra sociedad en cómics ambientados en otras épocas. Destaca y se popularizó por ello muy especialmente en los álbumes de Astérix… Títulos como El adivino, La residencia de los dioses, Obélix y compañía, Los laureles del César… En todos ellos satiriza la superstición, la cultura del “pelotazo”, el capitalismo, esa juventud despreocupada, lo que haga falta… Goscinny es creativo y efectivo a la hora de generar paralelismos, por un lado hay un gag evidente, gracioso, pero por otro hay una crítica a nuestra sociedad que hace que Asterix sea un cómic disfrutado a todas las edades.

Aparte del archiconocido Astérix me gustaría explicar que Lucky Luke tiene álbumes muy buenos (especialmente si no salen los Dalton, que acaban resultando un poco cansinos), y es una gozada ver como explota el género del Western parodiándolo con suma habilidad. Releí muchos Lucky Luke hace unos meses y me lo pasé en grande.

Iznogud en cambio tiene muy mala leche, un protagonista del todo deleznable pero ahí vemos a un Goscinny más hábil en el gag rápido y sin ánimo de continuidad, se mueve en historias cortas con precisión y mordiente, encontrando petróleo ahí donde aparentemente no hay nada, y en algunas historias de Iznogud nos encontramos el Goscinny más transgresor posible, jugando con el lenguaje del tebeo y haciendo puro metacómic. Es una de sus obras menos populares, pero ahí está el Goscinny más arriesgado, hay que probarlo, sin duda.

Y del Pequeño Nicolás no diré gran cosa porque son una serie de libros ilustrados, nada de cómic, pero la prosa de Goscinny junto a los dibujos de Sempé resultan brillantísimos. Me acabo de enterar que justo ahora estrenan una película basada en los libros… A saber que tal está.

Es curioso ver que en los casos anteriores, Astérix, Lucky Luke, Iznogud… Son cómics que tras la muerte de Goscinny se perdieron irremediablemente en manos de sus dibujantes o de otros guionistas. Un auténtica lástima pero muy indicativo de que su valía no estaba en los personajes, si no en su genial guionista; y es que Goscinny es el Rey Midas del humor. Todo lo que toca es bueno, gracioso y divertido. Y si además es prolífico… Por todo eso es tan bueno. Acabó resultando la punta de lanza de una serie de humoristas francófonos sumamente brillantes, marcó un estilo y un buen hacer. Desgraciadamente los que no sabemos francés nos perdemos mucho con las traducciones, sus juegos de palabras son graciosos y sumamente creativos, y muchos no se pueden traspasar, o bien se diluyen en el proceso, pero bueno… Lo aceptamos, es lo que hay, o eso o aprendemos francés.

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Al igual que con Tintín he hecho mención a otros cómics de aventuras, con Goscinny me gustaría hacer una mención especial para Gotlib. Leí por algún lado que Gotlib era el más talentoso de todos esos humoristas francófonos pero la falta de obras de referencia lo ha alejado de la popularidad de otros autores (la verdad es que yo con lo poco que he leído de Gotlib me parto, pero no tiene un Astérix como sí lo tiene Goscinny, o no se ha apropiado de un Spirou o un Gaston tal y como hizo Franquin). Por su talento es necesaria una antología de Gotlib en español, hay que estudiar a ese hombre porque esconde algún secreto y aún no nos hemos enterado (apenas me he leído “El viejo verde” y las historias cortas que publicaban en la revista Superlópez, pero es que era tremendo).

Y hasta aquí llega la entrega de hoy, la semana que viene tres cómics más (la patillada de Goscinny no volverá a suceder, hablaré de cómics concretos), supongo que la entrada será más breve, que hoy he hablado de Goscinny, Alan Moore, y Hergé, tres pesos pesados.

Podéis hacer las suposiciones que queráis sobre quienes serán los tres próximos afortunados, la elección es difícil y cometeré injusticias, así que tranquilidad y buenos alimentos.

Saludetes