Bueno, esta lista es culpa e idea de Andrés Palomino. Él me retó, yo acepté el reto, y así estamos los dos, haciendo la lista… A muerte. Podéis ver la lista de Andrés aquí.

Listas, putas listas, como en High Fidelity. Obviamente la mía es SUBJETIVA, con ausencias, con caprichos, con injusticias, azarosa, fruto de mi generación, sin orden ni concierto… Algunos dirán “poco manga”, otros verán que hay “demasiado Moore y Goscinny”, a otros les parecerá “muy ochentero-noventera”… ¿Qué le vamos a hacer? Me ha salido así. Todos ellos son cómics que aún me apetecen leer, y son cómics que conocí en papel (por una vez me he saltado los webcómics, perdóneseme el clasicismo, me he dejado llevar por eso de mirar la estantería).

Si no os gusta mi lista podéis insultarme o, mejor aún, hacer la vuestra.

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Tintín. El Secreto del Unicornio (Hergé): Es difícil escoger un álbum de Tintín (yo escogeré dos). Este es, sin duda, el mejor ejemplo de lo que es el personaje. Aventura, misterio… ¡Y Haddock!

Tintín. Las Joyas de la Castafiore (Hergé): Un álbum tan excepcional como singular, actualmente es mi favorito de la colección. En las Joyas no pasa nada… Nada aventurero, nada grande, nada especialmente emocionante, todo es trivial, el misterio es menor, no hay peligro, pero sin embargo es una de las historias más divertidas de Hergé en la que se aprecian todos sus tics y, nuevamente, tiene un gran Haddock.

Calvin y Hobbes. The tenth anniversary book (Bill Watterson): Para mí la mejor tira cómica hecha nunca. Escojo este libro porque lo tengo en inglés y porque en él Watterson explica muchas cosas chulas, pero todos son buenos. Sin excepción.

Caballeros de la Mesa del Comedor (Kenzer & Co): El peor cómic posible, copypasteado hasta la nausea, mal dibujado, con un exceso de texto, una auténtica mierda pinchada en un palo. Sin duda mi mierda pinchada en un palo favorita. Lo leo y releo a menudo, para mí es el cómic rolero por excelencia. Como tengo que centrarme por las condiciones de la lista escogeré la saga de MundoBolsa, reí mucho con ella (aunque se reparte en varios tomos).

The return of the Dark Knight (Frank Miller): Todo un clásico. El combate Batman vs Superman es memorable.

Hulk. Futuro Imperfecto (Peter David y George Pérez): Una historia de Hulk con tintes apocalípticos bien pensada y bien resuelta. No le sobra nada y tiene una de las mejores splash-pages que me he encontrado en un cómic de superhéroes.

Akira (Katsuhiro Otomo): El primer tomo es simplemente redondo, luego baja un poco aunque creo que la obra completa mantiene un alto nivel.

Sandman. Vidas Breves (Gaiman y Jill Thompson): Sandman es una obra completa, no se puede dividir… Pero si tuviera que quedarme con una de sus sagas me quedaría con esta. Una delicia.

Mafalda (Quino): Clásico.

Sir Tim O’Theo. El secuestro del Burgomaestre (Raf): Me encanta Raf, y creo que se sale con Sir Tim O’Theo, saliendo airoso de las estrictas limitaciones de Bruguera. Un cómic generalmente olvidado frente a otros clásicos Brugueriles.

Trazo de tiza (Miguelanxo Prado): Historia superpremiada, todo un referente.

Johan y Pirluit. El anillo de los Castellac (Peyo): Johan y Pirluit es un cómic enorme que sacó lo mejor de Peyo, esta historia es un ejemplo de esas intrigas medievales que eran la marca de la casa. Nobles desaparecidos, anillos familiares, pasadizos secretos… Lo tiene todo. Gran tebeo juvenil.

The Ultimates (Millar y Hitch): Magnífica revisión de los clásicos Vengadores. No creo mucho en estos “Reboots” pero en este caso tuve que callarme, Millar dio en el clavo y Hitch está prodigioso. Además, entre otras cosas, puso los cimientos de las películas de Marvel actuales.

Píldoras azules (Peeters): Grandiosa novela gráfica autobiográfica en la que Peeters explica su vida con su pareja seropositiva. No solo es un gran testimonio, es un cómic excelentemente narrado y dibujado. Uno de los mejores autores actuales.

Museum (Fernando de Felipe): Un cómic de los 90 que mantiene, por completo, todas sus virtudes. Persépolis (Marjane Satrapi): Odio algunas cosas que rodean este tebeo pero siendo objetivo debo reconocer que me sigue gustando, mucho.

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Gaston Lagaffe (Franquin): Quería escoger un álbum de Spirou o del Marsupilami pero no sabía por cual decantarme así que… Al final me he ido por la tangente y me quedo con este, pero todo lo de Franquin es IMPRESCINDIBLE. Un autor grandioso.

Astérix. La residencia de los dioses (Goscinny y Uderzo): Mi álbum favorito de los galos. Creo que los mejores tebeos de Astérix son aquellos en los que se satiriza nuestra sociedad actual, en este en concreto se retrata la burbuja inmobiliaria con un puntería escalofriante. Mesiánico.

Fan Letal / Fan con Nata (Cels Piñol): Me hice lector de Fan Con Nata cuando lo descubrí en la última página de mi querido Factor X. La recopilación de las historietas de Cels para Fórum fue uno de esos momentos que me alegraron la existencia. El más fiel retrato que se ha hecho de los comiqueros de una época, los 90.

Maus (Art Spiegelman): Buenísimo, un referente. Abrió un camino que luego, quizás, ha acabado siendo demasiado trillado, pero eso no es culpa de Maus.

Los profesionales (Carlos Giménez): Algo tenía que escoger de Carlos Giménez y este tebeo en concreto es mi debilidad. Destila amor por el cómic por los cuatro costados, un retrato brutal sobre lo que era hacer tebeos en los 60/70. Un tebeo para amantes de los tebeos.

Next Men (John Byrne): Cuando John Byrne pasó de moda y dejó las majors empezó a hacer cómics en editoriales menores, con absoluta libertad, y así fue como hizo uno de los buenos. Next Men es, para mí, uno de los mejores tebeos de superhéroes de los 90. Mientras Liefeld & Co hacían atrocidades él iba dando lecciones de como hilvanar una historia. La primera saga es genial.

Watchmen (Alan Moore y Dave Gibbons): El cómic más perfecto que nunca he leído.

From Hell (Alan Moore y Eddie Campbell): El mejor cómic que nunca he leído.

Miracleman (Alan Moore y Alan Davis & Garry Leach): Una de esas obras claves que necesitan una reedición decente ya mismo. Reinventando un mito tal y como Alan Moore sabe hacerlo. La continuación de mano de Gaiman también es una delicia.

El bulevar de los sueños rotos (Kim Deitch): Una novela gráfica de las de verdad. Muy dura, densa, a veces difícil. Una necesaria y libre revisión de los albores de la animación.

Sin City (Frank Miller): La primera entrega de Sin City es una joya del género negro… Una gran historia de un perdedor.

Dragon Ball. Tomo 1. (Akira Toriyama): Digo el Tomo 1 como ejemplo de lo buena que fue la serie en sus inicios. Aventura, buenos personajes, humor, y un punto épico. Inspiradísima. Luego, con el tiempo…El cansancio…. La falta de ideas. Y, al final, la debacle.

Pyong Yang (Guy Delisle): Me gusta mucho lo que hace el canadiense, y esta novela gráfica en concreto es un ejemplo de lo que es un cómic periodístico. Todo un testimonio.

Ghost World (Daniel Clowes): Un tebeo triste, deprimente, en el que apenas pasa nada. La desesperanza adolescente deliciosamente retratada. Me fascina.

Daredevil. Born Again (Frank Miller y Mazzuchelli): Obra maestra del cómic de superhéroes de los 80. El mejor Miller con un gran Mazzuchelli en un maravilloso descenso a los infiernos.

Alias (Bendis y Gaydos): Este cómic de la línea MAX de Marvel es un joya. Otro punto de vista al género superheroico con un Bendis de lo más inspirado.

Asterios Polyp (David Mazzuchelli): Muchos acusan a este tebeo de ser una gafapastada de tres pares de narices. Discrepo, es bueno, muy bueno. Y con una apuesta gráfica inspiradísima.

Odio (Peter Bagge): La obra cumbre de Bagge, el llamado el autor del grunge (aunque de grunge tenía bien poco el tío). Divertidísimo.

Bone. Lejos de Boneville (Jeff Smith): El ejemplo de aventura clásica infantil. Los primeros volúmenes son fantásticos… Quizás alarga demasiado la historia.

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Iznogud. La alfombra mágica (Goscinny y Tabary): ¿Y si Goscinny hubiera hecho tebeos para Bruguera? Pues el resultado habría sido Iznogud. Personaje mezquino, historias cortas, finales repetitivos, y muy mala hostia. El álbum lo he escogido al azar.

Marvels (Kurt Busiek y Alex Ross): ¿Quieres saber cómo sería el mundo si los superhéroes de Marvel existieran? Léete este cómic.

Lucky Luke. Misisipi arriba (Goscinny y Morris): Soy muy fan del Lucky Luke de Goscinny, para mí tiene muy poco que envidiar a Astérix (además soy más de Far West que de romanos). Este álbum en concreto me parece genial, con diálogos memorables.

El bar de Lucien (Frank Margerin): No es muy popular pero tengo debilidad por el humor de Frank Margerin y su personaje Lucien. Muy ochentero, muy cercano, muy divertido.

Peter Pan (Loisel): La versión del clásico de Barrie… Ruda, cruda. El primer volumen es memorable.

Valérian. Los héroes del equinoccio. (Mezieres y Christin): Space Opera europea de la buena. Con mucha chicha pero sin caer en los delirios de otros autores.

Los pitufos negros (Peyo): Poco que añadir a este clásico (y de regalo tiene una maravillosa historia corta, el Pitufo volador).

Superlópez. La gran Superproducción (Jan): Lárgame un cilindrín fotero.

Avenida Dropsie (Will Eisner): No, no es Contrato con Dios, La Avenida Dropsie no es una de las obras más conocidas de Eisner pero a mí, personalmente, me fascina. Brillante retrato de la vida de una calle americana a lo largo de décadas y décadas.

Leave it to Chance (James Robinson y Paul Smith): En un mercado como el americano no pasa de ser un cómic menor, para también es el ejemplo de lo maravilloso que sería si ese mismo mercado americano de vez en cuando le ofreciera a los lectores juveniles algo más que superhéroes y Archie Comics. Delicioso.

Little Nemo (Winsor McCay): En dos palabras. Winsor McCay.

Liberty Meadows (Frank Cho): Cada vez me gusta más esta tira cómica… Cada vez le encuentro más virtudes, y siempre le he reconocido que tiene mucha personalidad.

Los 4 fantásticos (John Byrne): Mi absoluta debilidad por los 4F de Byrne. Desbordantes.

X-Factor (Peter David, Larry Stroman, Quesada, y otros): Me refiero a la primera etapa de David, allá en los 90. Cuando Peter David cogió a un grupo de mutantes y lo llenó de segundones para llevar el cómic a la genialidad. Mucho humor, diálogos brillantes, y por encima de todo un número memorable, los superhéroes van al psicólogo.

Understanding Comic (Scott McLoud): El mejor cómic sobre cómic posible. Imprescindible.

Y hasta aquí ha llegado esta injusticia. Es una lista fruto de lo que he mamado de pequeño, de lo que sigo leyendo, y condicionada por mis ganas de que sea algo heterogénea, yo mismo pienso que he dejado fuera ciertos tebeos imprescindibles… 50 parecían muchos, y al final han sido demasiado pocos.