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Guía emocional del autor de webcómic (4)

by Joan Tretze on febrero 29, 2012 at 13:13
Posted In: Blog, Guía emocional del autor de webcómic, Webcómic

Ya está aquí, vuestro momento favorito de la semana (suponiendo que vuestra vida sea una puta mierda), una nueva entrega de… La guía emocional del autor de webcómic.

Venga, si la primera entrega fue sobre como empezar tu webcómic. La segunda iba de eso de los dibujos, y la tercera de eso otro, lo de escribir. Hoy es la cuarta entrega y hablaremos de…

-No me importan las visitas (pero vivo en Google Analytics).

Lo primero que me podréis decir es…

 - Pero imbécil, ¿quién eres tú para hablar de visitas?

Pues tenéis razón en lo primero, lo de imbécil, y en lo segundo también, no soy nadie para hablaros de visitas. Pero bueno… He llegado a tener muchas menos visitas que ahora, y aspiro a tener muchas más de las que ahora tengo, por lo que supongo que me puedo permitir opinar. Y total, que hablar es gratis… Así que hoy os contaré un poco mi rollo.

Empezaremos por el principio.

Cuando empiezas un webcómic no tienes visitas apenas… Intentas explicarle a tus amigos que haces un tebeo por internet, si eres una persona familiar se lo dirás a tu madre, y obviamente no se lo puedes contar a tu pareja porque nadie con pareja se pone a hacer un webcómic, no me jodáis; la cuestión es que entre pitos y flautas pocas visitas tendrás, 10, 15, 20, 25… Incluso 50 visitas diarias si la cosa se anima (estoy dando datos reales).  Pero es sólo eso, el principio.

Si perseveras las cosas irán bien y poco a poco subirás hasta esas 100 visitas, tu primera cifra mítica, e incluso tendrás algún comentarista habitual al que no conoces de nada, será tu primer lector desinteresado (ya ha quedado claro que los demás son amigos y familia), estás colocando las primeras piedras en tu camino hacia el estrellato. Pero entonces te enteras de la cantidad de visitas que tiene alguno de los llamados hot artists webcomiqueros del momento y te deprimes, ves que su última mierda está poblada de comentarios, ves que la gente se mata por decir “prime” en cualquiera de sus tiras… Vuelves a tu web y te encuentras que tu última tira no tiene ningún comentario (tu fan todavía no la ha visto), y te sientes tan solo…

-¿Cómo es posible que a todos los demás les visiten mucho más?

Primero te diré que eso no es exacto del todo. Hay mucha gente como tú, gente que no recibe visitas. De hecho tú mismo tampoco los visitas a ellos por lo que no puedes ver que están igual de mal. ¿Se entiende el concepto? Por simple visibilidad siempre se ven los webcómics con chorrocientos visitas, porque al fin y al cabo son los mejor enlazados y todo eso… Los que te encuentras por todos lados. Aquellos cuyos autores tienen miles de seguidores en twitter… Aquellos que se acuestan con sus fans… Vamos, un descojone que parece ciencia ficción para ti, que estás ahí, solo, con tu primera tira, muy graciosa ella, va sobre algo que ha hecho tu gato, pero nadie te hace caso. Y eso es…

- PORQUE NO ERES NADIE, CABRÓN!

¿Y cómo se consigue ser alguien? Lo primero que te diré es.. “haber estudiado”, pero si prefieres seguir en esto del webcómic me atrevería a dar ciertas reglas.

  1. Calidad.
  2. Periodicidad
  3. Promoción

Lo siento pero si quieres visitas no puede fallar ninguna de estas tres cosas.

La calidad del producto es algo muy complejo, y creo que en buena parte es lo que ya hemos tratado en la segunda y en la tercera entrega de esta guía, pero vamos, ya se entiende que si haces un cómic bueno quizás la gente te lea. Haz un cómic malo y lo siento, pero los lectores nunca van a llegar. Incluso esos webcómics famosos que te parecen tan malos son ideales para un tipo de público (y además tendrán una buena promoción y una buena periodicidad), eso es así.

La periodicidad también tiene su miga, fácil de decidir pero difícil de cumplir. Hay que tener un plan de publicación, y cumplirlo, por eso hay que tener paciencia, al principio la cosa no chuta pero poco a poco tu esfuerzo rinde y obtienes resultados. Es importante que un autor se imponga un ritmo, que se tome un poco en serio a sí mismo… Si vas a publicar cuando te salga de los huevos los lectores van a hacer lo mismo y te van a visitar cuando les salga de los huevos (que va a ser nunca), así que luego no te quejes. La gente debe saber cómo leerte, debe poder seguir tus pasos. Y no sólo eso, tú debes darles carnaza, es una característica muy propia de todo lo web, la generación progresiva de nuevos contenidos. En webcómic no puedes hacer un Watchmen y esperar que la gente lo relea mil veces, en webcómic siempre tienes que ofrecer algo nuevo, siempre. Ahora bien… ¿Cuál es tu periodicidad?

Con frecuencia con la misma rapidez que lo leerán lo olvidarán, no te preocupes porque ese hecho está lejos de ser un fracaso, sólo es una característica de internet.

La cita anterior es de Runtime, concretamente de su artículo “Cómo tener éxito en un webcómic”, y tiene razón, el webcómic es un fogonazo, un instante que se disfruta y que luego, generalmente, pasa al olvido. Preguntadle a vuestros amigos si han leído vuestra última tira, es fácil que recuerden si les pareció graciosa pero difícilmente recordarán de qué cojones iba. Estamos creando algo muy efímero, algo que se da en pequeñas dosis casi imperceptibles, algo que se valorará mucho mejor en conjunto y con perspectiva. Por eso es importante lo de la periodicidad, porque no basta con hacer un chiste majo para que te lean, necesitas que la gente tenga el hábito de venir a ti, sin pensar mucho en ello. Es difícil que el lector tenga una necesidad imperiosa de leerte, pero es mucho más fácil habituarlo a ello, y para ello la periodicidad ayuda.

A menudo se dice que la periodicidad diaria está sobrevalorada. ¡Para nada! Ser capaz de publicar todos los días es genial para tener seguidores. Los usuarios de internet tenemos muchos hábitos de lectura, y estos hábitos son diarios, encender el ordenador, mirar el Facebook, el twitter, el Marca, la hoja parroquial, y tu webcómic… Si publicas todos los días puedes colarte dentro de esa rutina. Pero no es tan fácil, el problema de la periodicidad diaria es que es… eso… diaria, y muy pocos pueden aguantar este ritmo de publicación (¿hemos hablado de las Crónicas PSN?). En mi caso estuve un año actualizando prácticamente todos los laborables y aunque ahora tengo un ratio de publicación importante he dejado lo de la publicación diaria como algo demasiado exigente, hay que dedicarle mucho tiempo o ser muy rápido dibujando para poder hacer una tira diaria, y aún así cuesta mucho sacar buenas historias todos los días (que no sólo hay que dibujar, hay que pensar lo que se dibuja).

Bueno, como para muchos la publicación diaria está fuera de nuestro alcance hay que escoger una periodicidad más asequible.

Hay gente que actualiza dos, tres, varias veces a la semana. Ese ritmo es cojonudo, exigente y a la vez realista. Muy bien. A mí eso me parece un ritmo majísimo.

También la actualización semanal es de lo más interesante porque permite meter mucha energía en lo que haces.  Hay casos muy exitosos de actualización semanal y, efectivamente, son cómics generalmente muy cuidados gráficamente o bien que ofrecen páginas enteras, cosas dignas de ser recordadas (estoy pensando en el gran Conejo Frustrado de Bonales).

Si vas más allá de la actualización semanal yo te auguro un futuro vacío para tu webcómic pero a cambio tendrás una vida más plena, cosa que posiblemente compense con creces tu déficit en visitas. Y oye… Si actualizas poco tampoco pasa nada, esto se trata de pasarlo bien, nada más. Simplemente entiende que en ese caso es muy difícil llegar a todo tu potencial, por un lado es un ritmo bajo para mejorar como autor, y por el otro es un ritmo bajo como para lograr que la gente se acuerde de ti. Sólo eso.

Y todavía no he hablado de mi periodicidad favorita, aquella con la que actualmente me siento más cómodo. La alta periodicidad irregular. Es decir… Sin aviso pero en buena cantidad. La gente sabe que en el Sistema D13 si entras un laborable tienes más de un 80% de encontrar algo nuevo, y entre un 70-80% de encontrar una nueva tira. Lo único peligroso de las periodicidades irregulares es que hay que ser consecuente con ello y no relajarse… Por eso si eres un poco indulgente con el trabajo propio quizás te vaya mejor programarte algo más rígido para obligarte un poco con las entregas. Pero si cumples está realmente bien ya que te hace sentir muy libre (aunque sea una mera ilusión, es un ritmo elevado y hay que currar).

Más allá de los ritmos de publicación hay que hablar de algo que desaconsejo absolutamente, los parones (en webcómic a menudo los llaman hiatos, debe ser algún tipo de eufemismo). Parar un webcómic es matarlo un poco, por lo tanto no pares a la ligera ni al menor contratiempo que eso es muy feo, los parones hacen llorar al niño Jesús. Es obvio que tomarse un respiro es muy bueno para el autor porque descansa, toma aire, reconsidera posiciones, y reflexiona sobre su trabajo. Sólo por eso deberían valer la pena… Pero son muy malos para los lectores, se desconectan de tu tebeo y aunque prometen que estarán esperándote lo que haga falta cuando vuelves te das cuenta de que en un mes has perdido lo que habías ganado en un año.

Venga, una batallita. La tira de El Sistema D13 se fundó en diciembre de 2009, al principio creció bastante rápidamente y se hizo con un grueso de lectores modesto pero sólido que siguió más o menos estable hasta enero de 2011 (no eran muchos pero no iba mal la cosa). Justo entonces paré un tiempo la tira por motivos personales, estuve casi dos meses actualizando poquísimo, cuando volví estaba en un nivel de visitas casi idéntico a cuando empecé… Hundido en la miseria. Me dije que nada, que en dos semanas me ponía y recuperaría el terreno perdido pero no funcionó, hice muchas tiras, algunas de ellas creo que realmente buenas, pues no recuperé mis visitas habituales hasta medio año después, justo cuando inauguré la nueva web y empecé a darle mucha más caña a la promoción en todos los sentidos, luego logré superar esa cantidad pero eso ya es otra historia. Pero es curioso tanto movimiento de visitas en un webcómic que no deja de ser modesto.

Los parones se pagan, es así. Si hay que parar, hazlo, por supuesto… Pero no pienses que las cosas seguirán igual que cuando las dejastes. Personalmente te recomiendo que si quieres descansar te tomes o bien un agosto sabático (que acostumbra a ser el mes más flojo y nadie te va a mirar mal si ese mes no actualizas) o bien que reduzcas tu periodicidad, o bien que encuentres un buen punto en el que parar (que finalice una saga, una temporada, algo). Es un consejo, sólo eso. Estoy convencido de que habrá autores que han parado y luego retomado su webcómic sin problemas, me alegro, pero es un riesgo y se puede perder mucho por el camino. Hay que tenerlo en cuenta.

Y después de este rollo sobre la periodicidad iremos al siguiente punto, el más majo de todos… La promoción. La promoción es absolutamente necesaria para tener visitas, es absolutamente fundamental. Pero… ¡Oh, vaya!… Aquí se acaba mi tiempo. Mejor lo dejamos para la próxima entrega.

Sí tíos, os dejado colgados en lo mejor, pero la promoción es un tema demasiado divertido como para ventilarlo así como así. En él intentaré hablar de la sinergia del autor con los lectores, los comentarios, y otras chorradas muy divertidas como los crossovers, sí amigos, hablaremos de los trucos y las trampas para tener más visitas. Hablaremos de lo más sucio del negocio, y a todos nos encantan las historias de miseria humana ( y hablar de miseria en webcómic es mucha miseria).

El próximo artículo promete… ¿Qué se oye de fondo? ¿qué es ese clamor?

-Hype! Hype!

Bah… No hagamos caso a los envidiosos. Esto no es un hype, esto es en sí mismo un ejemplo de promoción. Vendiendo puro humo.

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Guía emocional del autor de webcómic (3)

by Joan Tretze on febrero 22, 2012 at 13:13
Posted In: Blog, Guía emocional del autor de webcómic, Webcómic

Consejos doy y para mí no tengo.

(Proverbio sildavo)

Después de la primera entrega de La guía emocional del autor de webcómic (aquí) y la segunda (aquí) os sorprendo a todos y escribo… ¡la tercera! Y si además tenéis memoria recordareis que el tema de hoy es…

- No sé escribir (y lo que es peor, no sé que no sé).

Esta frase aparentemente estúpida quiere servir de contraposición a nuestra actitud más habitual ante el dibujo. Ya comentamos que tradicionalmente la gente cree que no sabe dibujar, pues con lo de escribir pasa todo lo contrario, a la gente le gusta pensar que sabe escribir aunque luego por desgracia solemos comprobar que no es así, hay mucha indulgencia con uno mismo cuando se valora el nivel propio de escritura, y NO estoy hablando de faltas de ortografía.

Miento, sí, también estoy hablando de ortografía, pero sólo un párrafo, éste. No soy un talibán de la lengua, de hecho me equivoco con puntual frecuencia, tengo ciertas dudas eternas,  y encima me gusta forzar la lengua usando tacos y jerga no aceptada por la RAE; pero no soporto aquellos que escriben mal por desidia, por dejadez. Aceptamos que somos amateurs, aceptamos que hacemos lo que podemos, por eso no exijo que escribas bien, sólo te exijo que lo INTENTES, sólo eso. Muchas gracias.

Acabado este pequeño punto que tenía que tratar en algún momento nos ponemos manos a la obra.

Mirad, os seré sincero… Por momentos me he sentido absolutamente bloqueado realizando esta entrada sobre la importancia de la escritura en el cómic y he estado a punto de abandonar. Es un tema muy jodido y difícil de tratar, principalmente porque es un proceso muy raro, básicamente mental. En esencia se trata de identificar una idea en tu cabeza, convertirla en algo digno de ser contado y, lo que es mejor, saber contarlo.

Efectivamente, hay ideas que aparecen de la nada, como auténticos flashes… Pero si quieres escribir historias con frecuencia olvídate de eso, no pasa muy a menudo y es una fuente de ideas poco fiable por su aleatoriedad. Las ideas hay que aprender a crearlas, sí, pero también hay que aprender a reconocerlas, a deducirlas, y a defenderlas… Al principio uno cree que las ideas están en una chistera y las vas sacando hasta que un día se acaban y debes dedicarte a otra cosa. Es falso. Las ideas son infinitas, los temas y la motivación quizás no lo sean tanto. Si tienes un buen tema (los personajes son un gran tema), si además trabajas, y si encima estás motivado, a poco que valgas y te apliques tendrás ideas nuevas a un ritmo más que aceptable. Cada uno tiene su forma de llegar a esas ideas, es algo personal, pero quizás desaconsejaría eso de esperar la llegada de la inspiración, es mucho mejor ir a buscarla, vivir con los ojos abiertos y apuntar cualquier pensamiento que te pueda llevar a algo.

En relación al proceso creativo recuerdo que Andrés Palomino me comentaba la importancia del agua o la velocidad a la hora de parir ideas, y es totalmente cierto, la gran mayoría de mis ideas son o bien en la ducha o bien cuando salgo a correr. Actualmente cuando me meto en la ducha lo hago con unas expectativas tremendas y gasto más agua que antes, pero eso es mi problema. Nada, cosas mías…

Venga, sigo… Ya tenemos una idea. Buena, mala o regular… Ahora hay que pulirla, ahora toca escribir! La diferencia entre el que escribe cómics bien y el que los escribe mal está en saber encontrar un buen enfoque, en encontrar un ritmo adecuado a la historia, escoger los dibujos necesarios para narrarla, el ritmo, saber acabar, saber aguantar la tensión, montones de cosas… Y todo eso no se escribe. Todo eso se piensa principalmente, y por eso el bloqueo que antes comentaba. Os quiero explicar lo que se siente al escribir cómics y me doy cuenta que los cómics apenas se escriben, se piensan. A veces apunto algo para no olvidar el concepto, pero realmente no escribo nada, sólo apunto la idea y así ya no se me olvida. Y preguntando por aquí y por allí no es difícil encontrar gente que hace algo bastante parecido… Joder. Pero si el fuerte de Las Crónicas PSN son las historias y resulta que lo único que escribe Andrés son los diálogos que vosotros leéis. Pues sí, es la magia de escribir cómics. Escribir sin escribir. Pensar… Narrar. Tomar decisiones. Todo eso es escribir cómics.

Incluso cuando haces un guión más técnico, como los que hago para Con dos tacones, incluso en ese caso para mí es más importante el proceso de storyboard o de concepción del chiste que la realización de dicho guión, esto último me parece bastante mecánico, hay que hacerlo bien, sí, pero es menos creativo, lo importante ha pasado antes. Un día de estos os contaré que se siente cuando se escribe para un dibujante ajeno, es muy interesante y enriquecedor. Todo un reto.

La gente suele creer cuando ríe un chiste que se ríe por lo que se cuenta pero no es ningún secreto que lo realmente gracioso es el como se cuenta. En el humor el CÓMO ya no es que sea importante, es que lo es casi TODO. En otros campos, como por ejemplo podría ser la ciencia ficción, entiendo que el argumento tiene un peso mucho mayor pero igualmente una idea formalmente mal ejecutada se echará a perder irremediablemente. Para mí la principal diferencia entre lo bueno y lo malo está en lo formal, hay muchas más pero estoy hablando de la principal. Prácticamente cualquier conversación puede coger dimensiones cómicas si se le da la vuelta de tuerca adecuada. Ahora bien… ¿Cuál es la vuelta de tuerca adecuada?

Escribir cómics es tomar decisiones, escribir buenos cómics tiene mucho de tomar buenas decisiones. Y para aprender cuales son las mejores decisiones recomiendo leer otros cómics, ver cine, series, leer libros… En definitiva, cuanto más sabes, cuanto más lees, más evitas los tópicos, mejor conoces los recursos. Si eres creador cuando lees una historia no te limitas a ver lo que te cuentan, tu ojo crítico busca el andamio, la estructura, el ritmo… El ojo crítico se entrena, trabájalo y tendrás los mejores profesores del mundo, los autores realmente grandes te estarán dando una master class en cada una de sus obras… y también tendrás a los peores profesores, cuando veas algo malo reflexiona, piensa qué ha fallado y evita cometer tú mismo ese error. Todo eso que ganamos todos.

Él tomó casi todas las buenas decisiones, he dicho “casi”.

Es obvio que no hay una única forma de afrontar el proceso creativo. Eso sí, en relación a ello recuerdo que Alan Moore explicaba una cosa. Alan nos contaba que el guionista novato siempre tenía grandes ideas en la cabeza, epopeyas que necesitaban 300 páginas para desarrollarse, y precisamente Moore dice que si un joven guionista quiere demostrar su valía debe hacerlo en las distancias cortas, en historias breves. Conseguir crear tensión, empatía con los personajes, cualquier efecto, si logras eso en sólo 4 páginas es que vales, es que dominas el medio. Eso es el auténtico reto y ahí es donde se aprende de verdad. Una vez más Alan Moore tenía razón, es duro pero es así, no tienes 300 páginas. La brevedad es la escuela más dura, saber encajar todo en pocas páginas, o más aún, encajarlo  todo en una sola tira cómica… Eso es lo más complicado de este negocio, pero si lo haces estarás aprendiendo.

Lo podríamos resumir así.

Tienes una idea. La has escrito. Perfecto…

Recórtala un poco anda… Tu idea es demasiado larga.

Venga, recórtala un poco más.

Más…

Ese diálogo aún está demasiado estirado. Ese texto de apoyo no es necesario… Estás haciendo cómic, no hay que explicarlo todo, los ojos ven dibujos, el subconsciente rellena los huecos, esas elipsis son más bonitas si se completan en la mente del lector… Eso es.

¿Ahora está mejor, no? Pues eso también lo puedes quitar.

Muy bien… Cuando hayas reducido tu idea a la mínima expresión realmente quedará lo interesante, y tu lector disfrutará al 100% de la experiencia de leerte. Es entonces, cuando sepas hacer esto, que podrás escribir esa epopeya de 300 páginas, es entonces que podrás hacer ese Watchmen visto desde atrás, y es entonces que sabrás hacerlo y cada página y cada viñeta será apasionante (o no).

Personalmente me gusta que los cómics se defiendan con pocos textos de apoyo pero hay demasiadas excepciones a esa norma, y muchas de esas excepciones me encantan. Pero aún así me gusta pensar que la mitad de textos de apoyo que se escriben sobran, pero es eso… Un gusto y un consejo a la vez, tu obligación es hacer lo que te salga de las pelotas. Hay cómics muy densos como From Hell que no se entienden de otra forma. O siguiendo en la línea del webcómic… Sinergia sin control es un auténtico anticómic, con unos tochos fenomenales y eso resulta su esencia. ¿Y entonces? ¿En qué quedamos? Pues en que la regla número 1 es la ausencia de reglas. Puedes escribir mucho y largo, perfecto… Pero hazlo porque quieres, de forma consciente, no porque no sepas hacerlo de otra forma. La intencionalidad entronca con lo que decíamos de la toma de decisiones… Si quieres hacer un tebeo muy tocho, estás en tu derecho, pero hazlo por algún motivo. Nada más.

Y, ahora sí, hablaremos de los diálogos. Lo único que el dibujante no puede tocar (basta con que te deje espacio para ello), y si eres guionista/dibujante mejor para ti, así no discutes.

Los diálogos se escriben, pero deben sonar como si se hablaran. Primero diré que cada cómic recurre a unas reglas concretas, esas reglas son las que hacen que aceptemos que Spiderman diga gilipolleces mientras lucha como algo normal. Es evidente que eso es un sinsentido, si das hostias pues das hostias, no hablas, pero Spiderman hace ambas cosas a la vez y nos parece bien. En esa línea tenemos a los personajes de Schulz que tienen una forma de hablar también muy característica y poco natural para ser niños, y a Mafalda le pasa algo semejante, y así muchos más… Pero obviando las particularidades de cada uno lo general es que vas a escribir lo que dicen tus personajes, así que como más te acerques al lenguaje de la calle mejor, ni tan siquiera los escritores hablan tal y como escriben, y no sólo eso, además debes acercarte al nivel de ese personaje. ¿Es un niño? ¿Es culto? ¿Es Paloman? Cada uno habla distinto, hay que tenerlo en cuenta pero nos olvidamos de ello demasiado a menudo. Piensa que en los cómics los personajes son lo que hacen, pero también son lo que dicen, y como lo dicen. Cuida todo eso y verás que bien nos va a todos.

Has cogido una idea, la has moldeado, has tomado decisiones, alguien lo ha dibujado (quizás has sido tú mismo), le has metido unos diálogos y… Por fin tienes tu cómic. Lo lees y no sabes si está bien o mal. Generalmente cuando acabamos un tebeo tenemos una idea distorsionada del mismo, a mí eso me pasaba mucho más al principio, ahora quizás menos pero me sigue pasando. Es muy difícil decir si una cosa conecta con tu público, y esa es una sensación bastante compleja y de la que es difícil desprenderse. Será increíble ver como la gente reacciona a algunas cosas que escribes y pasa completamente de otras… ¿qué le vamos a hacer? Sólo puedo decir que si quieres ser mínimamente objetivo contigo mismo lo mejor es dejar pasar un poco de tiempo… Acaba de leer otro cómic, da un paseo, mira un capítulo de Freaks & Geeks, vete a dormir… Al cabo de un rato vuelve a leer eso que has hecho, detecta sus errores, sus vicios internos, ahora todo lo malo es mucho más visible. Te has desconectado de la historia, has cambiado de perspectiva, y eso te permite ver los fallos grandes (esto también vale para el dibujo). Sea lo que sea, corrígelo. Una vez detectado el error o lo corriges o no duermes tranquilo.

Así, con un poco de aquí y de allí se ha escrito un cómic… Y podemos llegar a ciertas conclusiones, ninguna de ellas definitiva.

  1. Lee. Mucho.
  2. Las ideas no suelen caer del cielo.
  3. No hay malas historias, hay historias mal contadas.
  4. Cuando escribes cómics básicamente tomas decisiones.
  5. Quita todo lo que sobra, y cuando lo hayas quitado todo… Recorta un poco más.
  6. Los diálogos se escriben, pero son gente hablando.
  7. Una vez acabado. Corrige.

Y aquí lo dejaría yo. No lo he explicado todo, es imposible, pero me he explayado bastante. Para mí ha sido agotador escribir sobre algo tan personal así que quizás mejor si me relajo un poco y dedico la semana que viene a un tema más ligero.

-No me importan las visitas (pero vivo en Google Analytics).

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